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Trabajo Sexual: La lucha del día a día

  • Foto del escritor: Punto Seguido
    Punto Seguido
  • 1 may 2020
  • 7 Min. de lectura

A lo largo de la historia, muchos trabajadores fueron luchando y consiguiendo diferentes tipos de derechos que reclamaban y exigían para poder vivir dignamente. Sin embargo, hay algunos de ellos que hoy en día siguen sin poseerlos. Desde hace años, esa lista es encabezada por las trabajadoras sexuales.



Las Putas, como ellas se autodenominan, hace numerosos años marchan y luchan por una gran cantidad de derechos que el Gobierno argentino no les provee, y principalmente piden que esta profesión sea considerada un trabajo como cualquier otro, para así poder salir de la clandestinidad a la que se las expone constantemente. Sin embargo, la asociación madre de este movimiento no surgió principalmente por el reclamo de derechos, sino por la violencia que la policía ejercía hacia ellas.

En el año 1994 la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina, mejor conocida como la Ammar, surgió tras reiterados hechos de violencia por parte de la Policía. Así fue como estas mujeres pudieron sumarse a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), de tal manera que a pesar de que el Gobierno Nacional no las reconocía como trabajadoras, ellas pudieron hacerlo de manera autónoma, y así conocer otras realidades. “El principal derecho que reclamamos es que el trabajo sexual sea reconocido como trabajo, de modo que podamos gozar de derechos básicos como tener obra social y hacer aportes para la jubilación”, dijo Violeta Nazaret, que ejerce como trabajadora sexual y milita junto a la organización El Yire en la ciudad de Rosario. Además, ella agregó que este trabajo debe dejar de criminalizarse porque eso empuja a las trabajadoras sexuales a la marginalidad, ya que además no pueden contar con las herramientas necesarias y tampoco se les permite publicitarse frente al mercado a través de sitios web locales.


El principal derecho que reclamamos es que el trabajo sexual sea reconocido como trabajo, de modo que podamos gozar de derechos básicos como tener obra social y hacer aportes para la jubilación” - Violeta Nazaret (trabajadora sexual).

Ammar tiene sedes en diferentes provincias y ciudades del país, y la referente de una de ellas fue noticia hace 15 años, cuando fue asesinada. Sandra Cabrera era Secretaria General de Ammar Rosario y el 27 de enero de 2004 su cuerpo fue encontrado días después de denunciar reiterados casos de complicidad policial en la explotación sexual de niños y niñas. A partir de la pérdida de esta sindicalista, la lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales se volvió mucho más fuerte, firme y con un pedido que encabeza cada uno de los movimientos, que es la finalización de violencia verbal y física hacia las putas, junto con el reconocimiento laboral y de derechos.

Con respecto a la violencia de género que reciben, Violeta Nazaret contó que “no hay diferencias con respecto a otros trabajos”, ya que están tan expuestas como cualquier otra mujer de cualquier otro ámbito laboral.  “Con respecto a los clientes, la mayoría son machistas como cualquier familiar nuestro con el que nos sentamos a la mesa. Pero más allá de eso, siempre se respeta nuestro consentimiento y la última palabra siempre la tiene la trabajadora”, explicó la mujer. Sin embargo, aclaró que las chicas que trabajan en la calle “también están expuestas a sufrir violencia institucional de parte de las fuerzas de seguridad locales”.

De todos modos la trabajadora explicó que ellas, como cualquier mujer, toman medidas de precaución sencillas. “Nuestra medida de seguridad es estar organizadas colectivamente, es decir que otra compañera esté al tanto de dónde vamos a estar con el cliente y cuánto vamos a demorar. Eso ya sea con compañeras con las que se comparta la esquina en la modalidad de la calle, las que trabajamos en hoteles o las que ejercen la labor en su propio domicilio”, explicó.

Mishel que tiene 37 años y es trabajadora sexual transexual modalidad calle desde los 14 años. “La puta callejera no únicamente está más expuesta a la violencia física y verbal, sino también al estigma --dijo--. Son otras modalidades de trabajo, se ponen otras cosas en juego”. Mientras que también contó que dificultades en esta profesión se le presentaron siempre.


Con más trayectoria en esta labor, Mishel dijo que con el paso de los años las realidades fueron cambiando. “En un primer momento éramos caja de la policía. Existió mucho la coima, la policía no te dejaba trabajar, estábamos expulsadas del sistema de salud con el estigma y el prejuicio de ser travesti y trabajadora sexual, el destrato en los efectores de salud, la condena social, la persecución policial. No era únicamente que no nos dejaban trabajar, sino que también nos levantaban hasta cuando estábamos haciendo mandados. Después fue cambiando la realidad y también las problemáticas”, explicó la mujer.


En un primer momento éramos caja de la policía. Existió mucho la coima, la policía no te dejaba trabajar" - Mishel (trabajadora sexual trans).

Por otra parte, en Rosario muchas de las trabajadoras sexuales se unen a los movimientos feministas que se organizan con gran frecuencia en distintos espacios de la ciudad y el país. Violeta Nazaret también participa de éstos junto a diversas organizaciones y, a partir de esto, dijo: “La verdad es que las putas quedamos muy excluidas de la mayoría de los feminismos, más allá de que no es un trabajo feminista como ningún otro lo es. A mí en lo personal el trabajo sexual me ayudó muchísimo a empoderarme y marcar mis límites, y de la misma manera a muchas otras compañeras también las ha ayudado en la construcción de su identidad. Por estas razones opino que no hay mucha diferencia entre esas feministas y la policía que nos amedrenta y persigue constantemente. Y finalmente las invitaría a que nos conozcan realmente, porque así se darán cuenta que tenemos reclamos similares como lo son las exigencias de alternativas reales para las compañeras que desean dejar de ejercer el trabajo sexual”.

A su vez, la mujer dijo que el problema con el que se encuentran en las marchas feministas es que hay un grupo de esa red que les ha tachado pegatinas, lo cual lo ven como algo sumamente violento porque las invisibiliza, de modo que dificulta la organización del colectivo. De todos modos, contó que a la hora de marchar no se encuentran con demás problemas, ya que tienen la posibilidad de agruparse con otras organizaciones y sectores pro sex, como lo son por ejemplo Diversidad y Comunidad Trans.

Entre las trabajadoras sexuales hay diferentes tipos de modalidades que pueden desatar algunos dilemas a debatir acerca de este trabajo, pero eso siempre se deja de lado a la hora de reclamar lo que todas están buscando hace numerosos años, que es el reconocimiento pleno de sus derechos laborales. Por su parte, Mishel expresó que si tuviera que hacer un reclamo inmediato sería el del reconocimiento de la labor sexual como trabajo. “De todos modos en términos sindicales cada sector tiene sus reclamos independientes. Las putas callejeras tenemos nuestras reivindicaciones, y las putas que trabajan en lugares privados tienen otras. Pero lo más importante es que reconozcan el trabajo sexual como trabajo, y también es hacerse cargo de eso”, completó.

Mientras tanto, Violeta Nazaret dijo que primeramente es necesario derogar los códigos contravencionales que criminalizan al trabajo sexual, que es lo que empuja a las trabajadoras sexuales a la marginalidad. Luego, coincidió con Mishel y dijo que es necesario que se pueda reconocer, ya que muchas personas lo eligen como su fuente principal de ingresos, pero que de todas maneras también se deben proponer alternativas reales para aquellas mujeres que desean dejar de ejercerlo. Y, por último, comentó que “implementando políticas abolicionistas no se va a terminar con el trabajo sexual, sino que por el contrario, va a vulnerar mucho más al colectivo”. De igual manera, agregó que la forma correcta de crear proyectos que al fin y al cabo las beneficie, será sentándose con ellas a escuchar sus “demandas reales”, y no hablar en lugar de ellas como si no fueran “sujetas de derechos”.

Implementando políticas abolicionistas no se va a terminar con el trabajo sexual, sino que por el contrario, va a vulnerar mucho más al colectivo” - Violeta Nazaret (trabajadora sexual).

Además, Violeta Nazaret contó que las trabajadoras sexuales no se sienten para nada acompañadas por el Gobierno Provincial, ya que siguen vigentes las políticas abolicionistas que las excluyen completamente del sistema gubernamental. “A raíz de esas políticas abolicionistas fueron cerrados los cabaret y las whiskerías locales, de modo que las compañeras que elegían esa forma de trabajo fueron expulsadas a la calle tomando una modalidad nueva de trabajo que no habían elegido”, añadió la joven.

Este tema sigue vigente en la sociedad y de igual modo se le debería dar más lugar en los medios de difusión, y principalmente en la política, para que así haya más apoyo en la búsqueda del respeto de los derechos de las mujeres. Se le tendría que brindar contención a quienes eligen este trabajo como estilo de vida y de fuente principal de ingresos, y ofrecerle ayuda y posibilidades a aquellas mujeres que quieren salir de éste. Hoy en día se debería abrir el debate acerca de este tema, y que quienes deban hacerse cargo de ello, puedan llegar a algún punto en común que termine reconociendo los derechos, herramientas y cuidados suficientes a aquellas trabajadoras sexuales que reclaman y desean vivir en mejores condiciones.

Asimismo, cabe destacar que las trabajadoras sexuales también se ven afectadas por el fenómeno de la pandemia mundial COVID-19, pero que pocos son quienes se acuerdan de ellas. Por tal motivo, la organización de "Orgullo Rosario" difundió en redes sociales algunas direcciones en donde se están recibiendo donaciones de alimentos perecederos y productos de higiene personal para ayudar a personas transexuales que no tienen recursos para seguir en pie durante la cuarentena obligatoria decretada por el Gobierno Nacional. De esta manera, Violeta Nazaret dijo que, como en cualquier sector, hay personas más afectadas que otras, y que en ese lugar se encuentran las trabajadoras sexual de modalidad calle y aquellas cisgénero. "Ellos son quienes están más complicados porque no están pudiendo generar absolutamente ningún tipo de ingreso". Por este motivo, agregó que el colectivo de trabajadoras sexuales está en una situación en la que se ayudan la una a la otra para poder subsistir.

Lo más urgente son alimentos no perecederos, artículos de limpieza y de higiene personal.

Los podes acercar a: • Entre Ríos 1791 👉 Lun a Vie de 15 a 18hs (@voxrosario).

• San Lorenzo 3314 1°B 👉 Lun a Dom de 15 a 21hs (Juan).

• Montevideo 1618 👉 Lun a Dom de 15 a 21hs (Manuel).

• 3 de Febrero 584 6° B 👉 Mie, Jue y Vie de 10 a 15hs (Cami).

• San Juan 539 1° A 👉 Mar, Mie, Jue de 16 a 19hs (Korcho).

• Ecuador 1635 👉 (Brian) Lun, Mierc, Vie de 14 a 18hs.

• Lituania y Moliere 👉 Lun a Vie de 16 a 19hs (Casa Pueblo).

• Pasaje 1818 N° 3652 👉 Mar y Mie de 12 a 17hs (C.C. La Gloriosa).

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